El Gobierno no exigirá a los presos de ETA pedir perdón a las víctimas
Plan para presos de ETA, GRAPO, yihadistas y crimen organizado
Nace de la llamada 'vía Nanclares' pero es 'mucho más ambicioso'
Pretende que los terroristas reflexionen sobre su pasado
Fuentes penitenciarias descartan 'acercamientos automáticos'
El preso deberá acreditar el rechazo a la violencia
El plan 'es el reverso del programa de dispersión'
Se abre la puerta. Los presos de ETA no tendrán que pedir perdón siquiera a las víctimas para acogerse a este nuevo plan integral del Gobierno encaminado a facilitar la reinserción de terroristas. Según informaron fuentes del Ministerio del Interior, bastará con que por escrito muestren su renuncia a la violencia y su abandono de la organización terrorista para acceder a esta especie de Educación para la Ciudadanía en los recintos penitenciarios. Esta vía deja abierta la vía a acercar a estos internos a cárceles del País Vasco.
Hasta ahora, el acercamiento a estas prisiones era un beneficio penitenciario al que se accedía tras no sólo demostrar el alejamiento de las posiciones terroristas, sino haber pedido perdón a las víctimas y haber mostrado voluntad de asumir las responsabilidades civiles derivadas de sus acciones terroristas. El nuevo plan integral deja abierta una nueva puerta a que los presos etarras accedan con más facilidad a los centros del País Vasco.
En esta línea, el ministro del Interior ha explicado que los terroristas deberán mostrar su voluntad de dejar atrás el terrorismo de forma "clara, solemne y pública".
De manera inminente
Interior pondrá en marcha de manera inminente este nuevo programa encaminado a facilitar la reinserción de presos de organizaciones terroristas. Y comenzará por las prisiones del País Vasco, según explicaron fuentes del departamento dirigido por Jorge Fernández Díaz.
Aunque se trata de poner en marcha una especie de "educación para la ciudadanía" en las cárceles para todos los terroristas, es obvio, como aclaran estas mismas fuentes, que no es lo mismo un terrorista de ETA que un yihadista.
Como ya adelantó a la agencia Efe, el Ministerio llevará a cabo un plan integral para etarras, grapos y yihadistas. Incluso, con matices, para integrantes de bandas del crimen organizado. Aunque incluye a todos, el objetivo prioritario es que se sumen a estos programas voluntarios el mayor número de presos de ETA.
El plan tiene como meta avanzar en su posible reinserción. Desde el Ministerio del Interior se insiste en que va, incluso, más allá de la 'vía Nanclares'.
'Generosidad e inteligencia'
Hace no tanto tiempo, desde las filas 'populares', cuando estaban en la oposición, se apostaba por la dureza contra el terrorismo, por el endurecimiento del Código Penal, con el cumplimiento íntegro de las condenas. Ahora, tras la victoria electoral, el mensaje lanzado por el ministro es "generosidad e inteligencia" a la hora de llevar a cabo la política penitenciaria, ante el nuevo escenario que se inició tras el cese definitivo de la violencia por parte de ETA.
El programa arranca de la 'vía Nanclares' pero va un paso, o varios, más allá. Son una serie de iniciativas encaminadas a revertir el criterio democrático de los presos terroristas para se incorporen al régimen de respeto al Estado de derecho.
Los internos que se sumen al programa participarán en "aulas" dirigidas a su educación en valores de convivencia. Es una especie de educación para la ciudadanía, para el respeto de la ley, para el sometimiento a la Constitución.
Los presos tendrán formación para facilitar su inserción en la vida laboral cuando recuperen la libertad y podrán incluso ser trasladados a centros penitenciarios próximos a sus domicilios, aunque las fuentes consultadas han subrayado que no habrá "acercamientos automáticos", aunque sí será muy tenido en cuenta y permitirá gestos de forma más rápida.
Los terroristas accederán al programa de forma voluntaria. No les eximirá, según Interior, de cumplir con los requisitos legales para poder acceder al tercer grado. Pero, en cualquier caso, el acercamiento a las cárceles del País Vasco (el programa está centrado en los presos de ETA) es una decisión discrecional.
Se pretende evitar así que los presos que no tengan voluntad de reinsertarse puedan perturbar o "sabotear" el programa. "Quien no quiere reinsertarse no tiene sentido que forme parte del programa, ya que se requiere una actitud activa por parte del interno", insisten las fuentes.
'Educación en valores'
A partir de ese punto, el plan contiene un programa específico dedicado a la "educación en valores de convivencia" mediante "aulas" en las que participarán los internos, que también tendrán acceso a cursos de mejora de su "capacitación socio-profesional" orientados a su formación para la inserción en la vida laboral.
En cuanto a la posibilidad de traslados a centros penitenciarios próximos a su domicilio, las fuentes consultadas explican que el plan "es el reverso del programa de dispersión", de modo que los reclusos que se desvinculen de sus organizaciones puedan estar en centros que favorezcan su reinserción.
"La reinserción se puso en marcha, entre otras cosas, para dificultar el control de los presos por parte de la banda terrorista, por lo que si se desvinculan de ella ya pueden ser agrupados en cárceles próximas a su domicilio", dicen desde Prisiones, donde insisten en que esto no supondrá en ningún caso "acercamientos automáticos".
Desde el departamento dirigido por Jorge Fernández se incide en que esta nueva política de generosidad para los presos de organizaciones terroristas que renuncien a la violencia y quieran formar parte de estos talleres se encuadra en la línea del acuerdo alcanzado en el Congreso el pasado 21 de febrero por PP, PSOE, CiU y el PNV, cuando consensuaron un texto alternativo a la propuesta de UPyD que reclamaba la ilegalización de Bildu y Amaiur, que no llegó a prosperar.
Dicho texto, además de apelar a la unidad para buscar la disolución definitiva de ETA, reclamaba la construcción de la convivencia social "sobre los principios del Estado de derecho" y la continuación de la lucha contra la violencia.
Interior concedió el pasado mes de febrero el tercer grado penitenciario al etarra José Manuel Fernández Pérez de Nanclares -cuya libertad condicional ha informado también favorablemente- y, en abril, a Joseba Andoni Díaz Urrutia.
En cuanto a los GRAPO, como ya adelantó EL MUNDO, siete de los 38 miembros de esta organización que actualmente cumplen condena en España han dado ya los primeros pasos hacia su reinserción, entre ellos el exdirigente de la banda Fernando Silva Sande.
Talleres de Nanclares
Muchas cárceles españolas ya cuentan con talleres de reinserción para los presos a los que los miembros de ETA y los GRAPO no suelen acudir al considerar estas actividades al propio de presos comunes, han advertido las mismas fuentes a Europa Press.
En cambio la participación en este tipo de iniciativas es mayor entre los presos islamistas. Ahora con este plan integral el Departamento que dirige Jorge Fernández Díaz pretende unificar los trabajos en todas las prisiones para la preparación de los internos de cara a una futura reinserción, mediante aulas de trabajo o el acceso a formación.
Actualmente, en las cárceles españolas hay más de 500 presos de la banda terrorista ETA mientras que los presos de los GRAPO rondan la treintena. Alrededor de 50 es la cifra de presos islamistas y algo menos de 400 los presos relacionados con delincuencia organizada.
Ya durante la pasada legislatura la cárcel de Nanclares de la Oca en la que se agrupan a los presos de ETA que han roto de manera definitiva con la organización criminal se celebraron talleres en los que participaron los propios terroristas con víctimas y representantes de la sociedad civil vasca.
Desde Instituciones Penitenciarias, su secretario general, Ángel Yuste, ya anunció que no estaba entre sus prioridades recuperar estos trabajos de lo que se denomina Justicia restaurativa, más propio de los países anglosajones.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/0...335424390.html
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