Si se le quiere llamar crítica ideológica a exponer determinadas actitudes y hechos constatados y probados de personajes mediáticos que viven y hacen lo diametralmente opuesto de lo que dicen, pues entonces apaga y vámonos.
Hechos constatados y probados; aquí no estamos suponiendo nada, ni imaginando castiillos en el aire.
Aquí lo que se constata es la hipocresía supina de las personas, y el periodista se limita a exponer hechos, porque es lo que le apetecía en ese momento, y no en otro.
Ya hablará de la presencia militar española en Afganistán cuando le venga en gana, no cuando a cualquiera le apetezca.
Ya sería lo que faltaba, que ahora el resto del mundo mundial se dedicara a decirle a los periodiasta sobre aquello que pueden hablar, cuándo y de qué manera.