La corrupción raras veces comienza por el pueblo, pero el pueblo, tentado por el mal ejemplo de sus políticos, acaba participando de ella, y convirtiéndola en una cultura viva que se perpetúa.

Andando por esos mundos de Dios, me he tropezado con la siguiente página que no tiene desperdicio.

Si quieres horrorizarte, cabrearte y encabronarte un buen rato no dudes en visitar esta página haciendo clic aquí.