Ya hemos visto en algún post los lujos con que dotamos a nuestras cárceles hoy en día por respeto a quien no lo ha tenido con nosotros.
Pues en EEUU, Joe Arpaio, alguacil del Condado de Maricopa en Arizona, ha cimentado lo que podría llamarse como la nueva psicología aplicada a la reinserción de delincuentes.
Tiene muchos seguidores y detractores, lo que es normal cuando alguien innova saliéndose de lo políticamente correcto. Bueno, aquí os dejo su pequeña historia con unas fotos y que cada uno opine lo que quiera.


UN TIPO ASÍ NOS VENDRÍA BIEN, AUNQUE SÓLO FUERA UNA TEMPORADA...
A aquellos entre ustedes que no saben quién es Joe Arpaio, les indico que es el sheriff del Condado de Maricopa, en Arizona, y sigue siendo reelegido período tras período.
He aquí las razones:
El sheriff Arpaio creó el campamento de carpas carcelario para evitar que Arizona gastara decenas de millones de dólares en la construcción de otro complejo penitenciario.


Ha bajado el costo de la comida a 30 centavos y les cobra a los presos por ella.
Ha prohibido fumar y mirar revistas pornográficas en las cárceles, ha retirado los aparatos de entrenamiento y levantamiento de pesas, y ha cortado todo espectáculo cinematográfico, exceptuando películas clase “G”.
Dice: “Están en la cárcel para pagar una deuda con la sociedad, no para criar músculos y asaltar a gente inocente cuando dejen la prisión”.
Inició cuadrillas encadenadas para que los internos realicen trabajos en proyectos del condado y la ciudad, ahorrándole dinero al contribuyente.

Entonces instauró las cuadrillas encadenadas de mujeres, para que no lo acusaran de discriminación. Cortó la televisión por cable hasta que se enteró que una orden de la Corte Federal exigía proveer con televisión por cable a las cárceles. Volvió a conectar la televisión por cable, pero sólo permite el Canal Disney y el canal meteorológico.
Cuando le preguntaron por qué conectaba el canal meteorológico, dijo: “Así estos tipos sabrán como será el tiempo cuando trabajen en mis cuadrillas encadenadas”.
Cortó el café porque tiene cero valor nutritivo y es por eso un derroche del dinero de los contribuyentes. Cuando los internos protestaron, les dijo: “Esto no es el Ritz Carlton. Si no les gusta, no vuelvan”.
Las temperaturas en Phoenix fueron más altas que de costumbre ( 43ºC , un nuevo récord alcanzado el 2 de junio de 2007). Associated Press escribió que aproximadamente 2.000 internos alojados en un campamento de carpas rodeado por alambrados de púa fueron autorizados a despojarse de sus ropas y quedar vestidos únicamente con sus calzoncillos color de rosa proporcionados por el gobierno.
Un día se escuchó comentar a los internos vestidos con calzoncillos rosados en las carpas, donde las temperaturas llegaron a 45 ºC: “Esto es el infierno, estamos dentro de un horno”, se quejó Ernesto Gonzales, con dos años de condena cumplida y diez más para cumplir, “es inhumano”.
Joe Arpaio, que obliga a sus presos a vestir de rosado y comer sándwiches de mortadela, no es condescendiente en absoluto: “Los criminales deberían ser castigados por sus crímenes, no vivir a todo lujo hasta que les llegue la libertad condicional, sólo para que salgan a cometer más crímenes y volver para vivir a costa del contribuyente y disfrutar de cosas que los mismos contribuyentes no pueden afrontar para sí”.
El mismo día les dijo a los internos que se quejaban por las temperaturas en las carpas: “Tenemos entre 48 y 54ºC en Irak, nuestros soldados allí también viven en carpas, caminan todo el día bajo el sol cargados con sus pertrechos de guerra, encima les disparan y ellos no han cometido ningún crimen, de modo que cállense la boca”.