Uf, que susto. Yo pensaba que ya le habían metido en el Palace y no me había enterado.
A parte de que me río un montón las pocas veces que puedo oírle, y de que le considero un poco “xagerao” en general; no puedo considerarle delincuente a no ser que considere delincuentes al 99’9 % de los españoles y resto de residentes “enestepais” (incluido quien suscribe). Otra cosa es que se le considere (lo que siempre está sujeto a objetividades muy subjetivas) en función de lo que diga, como lo diga, cuando lo diga, y a quien beneficie o perjudique; pero si tratamos de juzgarlo con estos parámetros, no se diferencia con la inmensa mayoría de periodistas pesebreros y vendidos ( aunque hay que pensar que las lentejas hay que ganarlas todos los días y cada uno usa sus herramientas)
Como a los legionarios, considero que nada importa su vida anterior. Lo que verdaderamente importa son los hechos reales y actitudes presentes. Mira tú lo “malismo” que era Pablo de Tarso, y cuando se pegó la hostia con el caballo le cambió el chip y besaba en los morros a todo Cristo.
No quiero enrollarme más con el “buenismo” o la malicia del feísimo maño; pero podría poner “cienes y cienes” de ejemplos en los que considero llena de maldad las acciones u omisiones de otros colegas, y nos los elevo a la categoría de delincuentes. Todavía tengo en la retina la imagen del “iluminado” diciéndole a Gabilondo aquello de “hay que crispar” y el otro riéndole la gracieta. Eso sí que dice mucho, y malo, en un profesional del periodismo.
Honradamente pienso que lo justo sería juzgarle ( aunque no somos nosotros nadie para hacerlo) libres de prejuicios y simpatías políticas. Entonces sí que podríamos acercarnos un poco a la verdad.
Di que no es de tú cuerda y asunto terminado. Es mucho más fácil y más honrado.