Iniciado por
foxdemox
De acuerdo, Vincent. Las próximas elecciones Pablo Iglesias o Albert Rivera llegan a Presidentes del Gobierno con mayoría absoluta, ¿que crees que pasará?, y te doy dos opciones:
a) Desmantelan todas las estructuras de la Administración del Estado tal y como las conocemos y crean un nuevo sistema que es la envidia de toda la Unión Europea, Estados Unidos, y resto del denominado "primer mundo" por su eficiencia y eficacia.
Es indudable de que hay estructuras de la Administración que hay que desmantelar pues sólo se han creado para desviar fondos públicos, pero como eso conlleva quitar "enchufados del partido", dejar de percibir dinero público por otra vía con fines personales y que no aportan ni hacen mejorar I+D, ..., el problema es quien se atreve.
b) Ven el percal y dicen "uy uy uy", que una cosa es ganar las elecciones, y otra cosa es hacer funcionar la Administración; que tiene más hilos que una fábrica de marionetas, y si empiezo a hacer todas las reformas tal y como yo había pensado (partiendo del concepto de que los políticos van y vienen pero los funcionarios de alto rango en todos los Ministerios ahí están, son los hacen funcionar esto y a ver como los cambias porque son funcionarios y no puedes echarlos salvo por causas tasadas) me cargo el chiringuito, los sindicatos se ponen en huelga, me paralizan la función pública, y verás tu la que preparamos.
Normalmente el funcionariado que es elegido según el partido que mande, es el funcionario prototipo que destroza la Administración, y concretamente el organismo en que se encuentre, es el tipo de funcionariado que se basa en asesores que muchas veces no conocen sus obligaciones, lo que provoca la problemática actual de que existan muchos fondos públicos desviados.
url]http://es.wikipedia.org/wiki/Navaja_de_Ockham[/url]
El enlace es para que lo leas antes de pensar la respuesta.
No digo yo que no haya mucho margen de mejora, que existe, en todos los aspectos, pero esa pasarela, creo yo, es uno de esos "brindis al sol" que se permiten los políticos sabiendo que, para cuando haya que cumplir la promesa, serán otros los que tengan que apechugar con las consecuencias.