Vaya. Parece ser que aquellos que acusan a otros de falta de respeto son los primeros que incurren en la falta de respeto a los demás. En este caso parece ser un señor que, una y otra vez, trata de entrar en el foro pasándose las normas por el forro de sus convicciones. Volverá con otro seudónimo para apoyar a los “regeneradores”, no me cabe la menor duda. Estas personas entienden poco de normas y de ética; así que de estética ya no digo nada. Pero hay que respetar el que no pueda defender ni aplicar el derecho de réplica y por lo tanto no voy a replicarle.
Sí lo haré con el señor Matra.
Según cuenta usted y en contra de lo que pueda suponer, en realidad me ha alegrado el día con esa noticia. Me alegra infinitamente que las cuentas de la capital, de las que soy un “colaborador legal”, se vayan saneando.
No hay que hacer máster en la universidad de Columbus para darse cuenta que solo hay dos soluciones cuando la economía anda pachucha. O se produce más….si se puede, o eliminamos gastos superfluos….si nos dejan. El resto son aditivos de ingeniería económica que dependen más de carambolas coyunturales que de la lógica económica más básica.
Pero quizás no se ha dado cuenta vuestra merced lo que cambia la cosa en función de quien o quienes aplican las medidas. Si lo hacen unos, aparecen “mareas” de todos los colores y se montan campañas alrededor del famoso “recorte presupuestario”. Todo son protestas y movimientos destinados a generar violencia para convencer al personal. Pero, si por el contrario son “los mareantes” quienes las aplican el resultado es todo lo contrario. En este último caso todo son parabienes y loas a la sagacidad económica demostrada. Lo cual demuestra una hipocresía superlativa en cualquiera de los que hagan propaganda política en un sentido o en otro.
No seré yo quien trate de dar lecciones de economía. Me pasa como al Azarías de Los Santos Inocentes. Pasando de contar doce me pierdo. Sin embargo hay un artículo escrito por un tal Miguel Ángel Redondo, que es concejal por el grupo Ciudadanos (Se supone que este grupo queda libre de toda sospecha económica) y que entre otras cosas dice:
“La gestión del Ayto. de Madrid es un desastre. La ejecución de inversiones públicas a julio de 2016 es apenas un 6´4%”
Tras añadir una serie de datos numéricos más que nos llevan a utilizar la calculadora, continúa diciendo:
“Estos datos significan que numerosas inversiones, tales como obras, reformas, pavimentación, escuelas, polideportivos, etc. finalmente no se podrán realizar”
Yo, particularmente, echo de menos la desraditización y la limpieza; pero el asunto debe ir por barrios, y el gasto hay que administrarlo para poder crear una emisora de radio donde poder lanzar la ideología con el dinero de los demás ( Las izquierdas y los medios de comunicación. Radio Ga-ga o algo parecido. Más de 600.000 euracos de vellón y el estercolero aumenta día a día)
Sigue el concejal de Ciudadanos diciendo:
“Cuando aprobaron los presupuestos, los definieron como los de la esperanza, la ilusión, y el sí se puede”
A lo que yo añado….que no se pudo, han desilusionado, y nos sumen en la desesperanza.
Todo esto evidencia que, se mire por donde se mire, dos más dos siempre son cuatro por mucha demagogia que se utilice para engañar al personal. Es decir, que según se deduce, los señores podemitas no han tenido otro remedio que “recortar” para hacer frente a otras cosas más peligrosas. Lo que no está mal y entra dentro de la cruda realidad de los números. También es posible que sus maniobras económicas estén encaminadas a poder presentar algo positivo al pueblo de Madrid ( pueblo que no les dio con los votos el puesto que disfrutan… no se olvide) o simplemente que hay que “racionalizar” el presupuesto para invertir en lo que ideológicamente interese . De cualquier modo lo que no está bien es acusar a otros de lo mismo que ellos , hipotéticamente, se ven obligados a hacer, y el presentar como un logro lo que para el vecino es un desastre.
Pero no se asuste señor Matra; estas cosas entran dentro del juego de los políticos. Ellos viven de la manipulación y de las medias verdades o mentiras absolutas. Lo verdaderamente importante es no dejarse engañar por lo que otros dicen por encima de tus propias evidencias. Si te equivocas, que sea por ti mismo; no por hacer caso de lo que te cuentan. Y aunque tenga usted que sumar con los dedos, las matemáticas nunca mienten.
Como puede usted sacar en conclusión, no defiendo ni a tirios ni a troyanos; pero hace mucho tiempo que dejé de chuparme el dedo.