En efecto, y por lo tanto y bajo el mismo principio, hoy por hoy cualquier rincón de Cataluña es tan de los extremeños como de los catalanes.En cuanto a sentido legal, se entiende. En cuanto a propiedad real, de la buena, la que figura en los Registros de la Propiedad, Cataluña es más de los políticos catalanes que se están quedando con ella, y al ciudadanito de a pie catalán, solo le queda patalear.Es decir, que con los políticos catalanes que se gasta esa taifa, a la mayoría de los catalanes les espera un futuro de buscar en la basura, con suerte. Esa es la realidad, y lo demás, delirios de grandeza nazionalista.
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