
Iniciado por
Citoyen
Hay un defecto metodológico y un tono apocalíptico que nos hace caer en una peligrosa trampa.En primer lugar, los ciudadanos son ciudadanos independientemente de su confesión religiosa o raza. Esto se olvidó con consecuencias tristísimas y funestas cuando hace unas décadas se persiguió a los judíos de Europa, olvidando su condición de ciudadanos.En consecuencia, los habitantes de Europa en 2050 serán ciudadanos que practiquen la religión que libremente deseen, o ninguna, pero no serán musulmanes o judíos o cristianos como elemento principal y diferenciador, salvo que cometamos el mismo error histórico.El hecho de que una determinada religión se imponga, es siempre una tragedia para los de las demás religiones y una fortuna para los de su misma religión. ¿No deberíamos cambiar ese enfoque erróneo?Los ciudadanos europeos del 2050 tendrán la religión que tengan, lo que en principio debe ser absolutamente indiferente para su vida social, que tendrán el reto que, como en todo momento histórico, mantener y defender.
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