Creo que la profesionalidad debe estar ante todo. Por muy mal que nos trate un ciudadano, siempre tenemos armas para utilizar (y no me refiero precisamente a las de fuego), sin perder las formas y el saber estar que debemos al uniforme.
Además, queda comprobado que, salvo excepciones, con buenas palabras te llevas al huerto hasta al más violento