Pues puede que no sea una historia de favores, pero si es una anécdota que me ha sucedido hoy con un pequeño vecino de mi calle. Este vecino tiene 6 añitos y es hiperactivo, lo que lo convertía en un niño complicado de tratar, tenía problemas en el colegio y le costaba relacionarse con los demás. Sin embargo él tenía a su amigo Antonio que tenía 53 años. Antonio tenía una gran paciencia y trasmitía mucha paz a Dani, por lo que apenas comía al llegar del colegio el niño lo buscaba. Antonio estaba enfermo y como ya no trabajaba se dedicaba a hacer todas las chapuzas que las vecinas necesitaban, arreglar una lavadora, una plancha, un secador de pelo, pequeñas reparaciones en los coches y en las motos...todo para que las vecinas se ahorrasen llamar a un profesional. Dani se sentaba durante horas con él, le sujetaba los tornillos o simplemente lo miraba.
Antonio murió repentinamente hace 15 días, desde entonces Dani mira desde su puerta la puerta vacía de su vecino sin acercarse, él sabe que Antonio se fue al cielo pero no se explica como no se llevó el coche. Cada noche mira si las puertas del coche están cerradas porque Antonio solía dejárselas abiertas y no se va a la cama sin hacer la comprobación. Hoy ha ido a casa de Antonio su hermano Manolo y Dani se ha acercado corriendo y le ha preguntado que iba a hacer. Manolo le ha dicho que iba a ver a sus sobrinas y Dani le ha explicado que no busque a Antonio porque se ha ido al cielo, pero que si quiere verlo busque todas las noches la estrellita que más brilla en el cielo, la que está pegadita a la Luna porque allí está su amigo.
Es una tontería pero me gustaría que alguien me quisiera con un cariño tan puro como para buscarme en una estrella del cielo todas las noches antes de dormirse.