Utilizamos cookies propias y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK | Más información

Resultados 1 al 10 de 44

Vista híbrida

Mensaje anterior Mensaje anterior   Próximo mensaje Próximo mensaje
  1. #1
    En todos los países se es mucho más intolerante desde un punto de vista emocional con las agresiones por parte de colectivos “de fuera”. De alguna manera, a los de dentro te los tienes que comer con patatas, pero que vengan de fuera a crear problemas, es algo que molesta bastante más.


    Encima, y para colmo de desafueros, está el mantra de “racistas” esgrimido por parte de un colectivo de una forma que redunda en cabrear bastante más si cabe a los que tienen que soportar los líos creados por los que vienen de fuera. Que bien se lo han aprendido, los que vienen de un continente que es el responsable del mayor número de muertes de los últimos veinte años motivadas por odio de ciertas tribus contra otras tribus, odio racial, puro y duro, y entre ellos.

    En España actualmente no hay leyes que pudiesen llamarse racistas. No las hay en absoluto, y en España se procede, cuando se procede, lentamente y poco, a tenor de esas leyes y no de sentimientos de otro tipo. El apelativo de racistas es pues además de injusto, una solemne bobada en la que no es preciso entrar lo más mínimo.

    (Otra cosa es, dicho sea de paso, que a tenor de ciertas actitudes y campañas de ciertos sectores políticos se creen en el futuro regulaciones racistas, pero no hay cuidado, esas van a ser para los de dentro, de una región a otra, y seguramente dejarán en paz a otros grupos de los de fuera. Somos así de coherentes.)

    Desde un punto de vista de los hechos sucedidos, o se actúa contundentemente con quienes vulneran las leyes más necesarias, o nos van a ir dando por un motivo más la extremaunción, y es obligación de los que deben velar porque se cumplan las leyes, hacer cumplir las leyes.

  2. #2
    Cita Iniciado por Citoyen Ver mensaje
    En todos los países se es mucho más intolerante desde un punto de vista emocional con las agresiones por parte de colectivos “de fuera”. De alguna manera, a los de dentro te los tienes que comer con patatas, pero que vengan de fuera a crear problemas, es algo que molesta bastante más.


    Encima, y para colmo de desafueros, está el mantra de “racistas” esgrimido por parte de un colectivo de una forma que redunda en cabrear bastante más si cabe a los que tienen que soportar los líos creados por los que vienen de fuera. Que bien se lo han aprendido, los que vienen de un continente que es el responsable del mayor número de muertes de los últimos veinte años motivadas por odio de ciertas tribus contra otras tribus, odio racial, puro y duro, y entre ellos.

    En España actualmente no hay leyes que pudiesen llamarse racistas. No las hay en absoluto, y en España se procede, cuando se procede, lentamente y poco, a tenor de esas leyes y no de sentimientos de otro tipo. El apelativo de racistas es pues además de injusto, una solemne bobada en la que no es preciso entrar lo más mínimo.

    (Otra cosa es, dicho sea de paso, que a tenor de ciertas actitudes y campañas de ciertos sectores políticos se creen en el futuro regulaciones racistas, pero no hay cuidado, esas van a ser para los de dentro, de una región a otra, y seguramente dejarán en paz a otros grupos de los de fuera. Somos así de coherentes.)

    Desde un punto de vista de los hechos sucedidos, o se actúa contundentemente con quienes vulneran las leyes más necesarias, o nos van a ir dando por un motivo más la extremaunción, y es obligación de los que deben velar porque se cumplan las leyes, hacer cumplir las leyes.

    Coincido en todo, sin más, como quiero contestar a muchos post no me extenderé compañero.

Marcadores