No hace mucho, una noche, salí para dejar la bolsa de basura en el contenedor que hay cerca de mi casa. Todavía me estoy acordando del dueño del perro o perra que dejó que el animal hiciese sus necesidades en la misma acera. Necesidades que yo pise.
Observo también como algunos dueños de por otra parte esos estupendos amigos que son los perros -y lo digo como un gran amane de los animales- , permiten que alcen sus patas para dejar la marca de su territorio en cualquier sitio, incluidas las esquinas o jambas de las puertas de las viviendas.
Se dice que para tener un perro de raza peligroso se necesita tener una licencia. Para obtener esa licencia se deben cumplir entre otros requisitos el disponer de capacidad física y aptitud psicológica . . . .

Yo creo que algunos perros deben cumplir mejor esa capacitación para sacar a pasear a sus dueños. Y sin que estos, los dueños, sean parcialmente peligrosos.
Cada ayuntamiento debería tener una Ley que contemplase donde y como deben ser sacados los perros para hacer sus necesidades sin que para ello, el que suscribe y otras muchas personas, no pisen lo que no deberían pisar.