Mi abuela insistía en que el poco dinero que daban las "tierras" debía ser empleado en cultura.
Yo, "sufrí" esa filosofía yendo interno un mes de agosto a tierras irlandesas.
Además de pasar hambre y no mejorar demasiado en la lengua de Shakespeare me llevé (entre otras) una monumental sorpresa, al terminar un partido de rugby, cuando pregunté, al ver que otros niños más veteranos se vestían directamente sin darse un remojón, por las duchas.
Estos me contestaron que "la" ducha era el domingo...y punto.
A pesar de habér comunicado el hecho a mi familia a mi regreso, estos no creyeron necesario escribir a ningún diario.
Tampoco sé si estos les hubiesen hecho mucho caso.
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