Tranqui Faraona. La hemiplejia neuronal de los radicales marxistoides está comprobada científicamente; así que demandar algo contrario a lo que su intelecto es capaz de asimilar es como el que tiene un tío en Alcalá….que ni tiene tío… ni tiene na.
Lo que más me preocupa de todo esto es comprobar como la mayoría de los que aplauden y se decantan por este tipo de políticas demagógicas y populistas demuestran un egoísmo acervado y una falta total de sentido colectivo como sociedad. Es decir, que si alguien propugna cualquier cosa que pueda beneficiarme, aunque sea negativa para el resto de conciudadanos, pues a ese es a quien apoyo; el resto me la trae al pairo.
Lo malo es que siempre suele ocurrir que al final siempre hay algo que nos perjudica personalmente, y entonces ya empezamos a cabrearnos y a buscar a otro “comeconciencias”. Luego siempre queda la honrosa salida de echar la culpa a los demás o la de proclamar que el político de turno es un “mafias” o un embustero.
La política de una nación como España hoy día, y dentro del contexto europeo al que pertenecemos, es muy complicada. No hay soluciones fáciles ni jarabes curalotodo; y más aun cuando aquí el vecino de Villafresquita de Arriba está deseando que el pedrisco les caiga a sus vecinos de Villafresquita de Abajo; y eso es poco si lo que buscan es independizarse por el hecho diferenciador histórico de ser unos “De Arriba” y los otros los opresores “De Abajo”.
El día que los españoles tengamos superadas todas estas estupideces y pensemos en España como el objetivo común, el día que no exista el “nosotros” y el “ellos”, ese día podremos empezar a caminar con paso seguro.
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