Es decir, habían colocado la huella dactilar de un sospechoso en un lugar donde éste nunca había estado. El caso investigado ha sido el de unos presuntos ladrones rumanos, detenidos por agentes de la comisaría en relación con el robo en el interior de un domicilio.
Según la investigación interna, que sigue abierta, los agentes del grupo de Científica colocaron la huella de uno de esos detenidos en otra vivienda
donde también se había perpetrado un robo, pero no había ninguna constancia de que hubiera sido cometido por el mismo ladrón.
Así los agentes conseguían incriminar a los ladrones en más hechos delictivos. Siempre se hizo con delincuentes, no con inocentes, según las investigaciones.
Según fuentes cercanas al caso, estas prácticas se podían llevar realizando desde hace al menos seis meses.
Esto supondrá que hay que revisar los casos en los que las pruebas obtenidas por el grupo de Científica hayan sido determinantes, y podría terminar en la nulidad de las causas.
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