Joér, como escuece cuando se pronuncia la palabra despido.
Vamos, arrimando el ascua a nuestra sardina.
Cuando nos beneficia queremos ser como los demás, pero, cuando nos perjudica que rápido acudimos al "ODIADO" Régimen Disciplinario.
Ahora el "gallito" condenado que cumpla con el castigo ganado a pulso y de las gracias de conservar el empleo gracias al Régimen Disciplinario.
La próxima vez que haga lo mismo con el Capitán de la Cía. Total, ¡por el mismo precio que aproveche!.
A un Guardia con ese comportamiento le tengo en el mismo nivel que a un cura que se va de puticlubs.
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