Yo tampoco tengo el síndrome del quemado, amo mi trabajo, por eso duele ciertas conductas que tiran por tierra la profesionalidad y el prestigio de miles de compañeros de años y años, con escándalos como esto, hechos por un DAO, un ministerio y por un gobierno.
Sabes una cosa Berlín, ahora algunos solo buscarán quien filtró el correo corporativo, lo demás se lo repanpinfla.