Son las cosas que tiene este invento de la democracia basada en trocear España en porciones de quesitos y darle cuerda larga a los separatistas a la vez que se les arropa llamándolos nacionalistas. También contribuye, y mucho, eso de llenar el tarro a la tropa de “derechos” y “libertades”, sin antes explicarles que paralelamente a los “derechos” están las obligaciones, y que las libertades individuales terminan donde empiezan las de los vecinos….pero….
España se ha convertido en una casa de putas de 17 comunidades y 8.000 ayuntamientos que van por libre, cada uno inventa su historia y su “elemento diferenciador” , y maricón el último. Son capaces de declarar persona non grata a Cervantes por facilitar la opresión lingüística o dinamitar el acueducto de Segovia por ser una reminiscencia del imperialismo romano…y se quedan tan anchos.
Por otro lado no solo es el tarao con barretina el culpable o los mentirosos que ahora se ocupan de nuestra “sociedad del bienestar” (en casa parados tocándonos los cataplines), ni tan siquiera la hipócrita y artera” izquierda”española. Hay que mirarse en el espejo y sin duda descubriremos más culpables.
Qué útil es tener culpables oficiales que carguen con las culpas colectivas. Se les señala y…¡ya está! Conciencia limpia, todo arreglado y a otra cosa mariposa. Siempre queda la disculpa del yo qué sabía, quien iba a pensar, es que me engañaron. Todo cristo puede lavarse las manos y la conciencia, y si me apuráis hasta los huevos que durante tanto tiempo nos los hemos estado tocando. Al final de este asunto resulta que nadie aplaudió, nadie votó, nadie alentó con su silencio las trapacerías que ahora apestan por todos los rincones. Todos juran por lo más sagrado que nunca más apoyarán a semejantes sinvergüenzas ; pero una vez ganado el próximo campeonato de no sé qué, vuelven a tropezar en la misma piedra y se vuelven amnésicos perdidos.
Los culpables siempre son los otros. Nunca es inocente quien genera, vitorea, apoya, y sostiene. Ni siquiera quien calla.
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