Pues sí. Eso es democracia. Si aquel a quien voto hace lo que me gusta ( las cosas bien), pues digo que está legitimado; pero si no hace lo que me gusta ( las cosas mal) no está legitimado. Así es en la realidad.
Luego viene el problema de “desligitimar”. Depende de quién “desligitime” estaré de acuerdo…o no. El “como” se realice la “desligitimación”, no importa. También la consideraré legitima o ilegitima en función de mis ideas personales y de como me “caigan” los “ilegitimadores” .También es así en realidad. Tan real como la vida misma.
Últimamente se empieza a escuchar eso de “revolución social”. Otros lo ponen apellidos y hablan de “revolución democrática y social”, sin tener conocimiento ( o no queriéndolo tener) de que el concepto “revolución” y “democracia” no casan bien.
La revolución lleva implícita la ruptura radical por medio de la violencia ( luego ya vendrá la “legitimación”), y por el contrario en democracia se pueden cambiar las cosas pacíficamente y atendiendo la voluntad de cada uno ( aparte las mentiras y comeduras de tarro habituales)
Por fortuna todavía conozco a personas que ya vivieron nuestra última “revolución” y saben como suelen terminar y sus consecuencias posteriores. De ninguna manera quiero eso para mí y para mis hijos; que las “explosiones”, por muy sociales que sean, siempre hacen pupa a los de siempre ( los que menos culpa tienen de todo)
Del señor Piñar no puedo opinar nada, ya que, afortunada o desafortunadamente, no ha influido para nada en nuestras vidas. Tengo entendido que aquellos que comulgaban con sus ideales, le votaron y tuvo cierta representación política en su momento. Luego aquello se desinfló y cada mochuelo cogió su olivo. Ahora le ha llegado el momento de entregar el petate y ha recorrido el tramo de escalera que nos espera a todos; así que descanse en paz y mañana será otro día.
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