Ilógico en absoluto. Cuando hay una necesidad, que debe ser justificada, se puede "forzar" al personal recortando los libres, pero compensándolo después; y eso debe ser algo excepcional.
Si se permite que todo el mundo modifique los libres semanales a su antojo, se desvirtúa el propósito que tales descansos tienen, y lo excepcional pasaría a ser ordinario.
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